Modelos Alimentarios de Biocapacidad Orgánica, clave para frenar el cambio climático

Biocapacidad Orgánica

En el marco de la conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático de 2022 o Conferencia de las Partes de la CMNUCC, más comúnmente conocida como COP27, diversas asociaciones solicitaron tomar medidas urgentes que favorezcan la transición a modelos alimentarios de Biocapacidad Orgánica (MABO) por su papel clave para hacer frente al cambio climático.

Entre el mazo de cartas que existen para apoyar la sostenibilidad se encuentran los MABO, modelos que contemplan todos los eslabones del sistema alimentario, desde la producción agrícola y ganadera, el transporte y la conservación de alimentos, el procesado y el embalaje de alimentos, hasta todos los desperdicios que se generan.

De acuerdo con datos de Naciones Unidas, más de un tercio de todas las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) producidas se relaciona con los alimentos, es decir, 13.700 millones de t CO₂ eq a nivel mundial. Teniendo en cuenta que la alimentación es fundamental para la vida de las personas, es evidente que se trata de una cuestión importante y con mucho potencial para frenar el cambio climático.

La producción orgánica ofrece soluciones que pueden contribuir, por un lado, a reducir la aportación del sistema alimentario a las emisiones de GEI y, por otro, a mitigar el impacto que los cambios climáticos van a tener en la producción agropecuaria.

Además, existen modelos como MABO que reducen la carga ganadera y basan la alimentación de los animales en recursos locales, lo que disminuye las necesidades de importar productos. La agricultura no utiliza abonos químicos y se gestionan mejor los aportes de nitrógeno para evitar la aparición de plagas difíciles de controlar.

Además, el compostaje reduce significativamente las GEI que se producen en el manejo del estiércol. No obstante, la capacidad de secuestrar carbono en los suelos, como lo viene haciendo la agricultura a través de la fertilización orgánica desde hace años, no debe pasarse por alto, recalcó el perito en temas de sustentabilidad.

Los modelos como el MABO también fomentan el consumo predominante de alimentos frescos, de temporada y cercanos, orgánicos, la reducción del consumo de carne, el reciclaje de residuos orgánicos para la obtención de compost y la minimización del desperdicio alimentario.

La superficie agraria destinada a la agricultura orgánica o ecológica en el mundo no ha hecho sino aumentar de forma continua. En concreto, datos de Statista muestran que al cierre de 2020, existían a nivel mundial alrededor de 75 millones de hectáreas dedicadas a este tipo de agricultura.

Por lo tanto, es necesario aprovechar la sensibilización de los consumidores y, de esta manera, impulsar un cambio de modelo real. La acción climática propuesta por los líderes mundiales debe incluir la producción ecológica y los modelos de consumo agroecológico como uno de sus ejes centrales.

Andorra marca el camino para lucha contra cambio climático

Andorra

La economía de Andorra, uno de los países más pequeños del mundo, se adapta a los cambios que ha traído consigo la pandemia de COVID-19, no solo en cuanto a digitalización y diversificación, sino también respecto al desarrollo sustentable y la lucha contra el cambio climático.

En 2020 se aprobó el ingreso de Andorra como miembro del Fondo Monetario Internacional (FMI), con lo cual obtuvo acceso a recursos adicionales para la gestión de su economía. Gracias a ello, ha podido trabajar en iniciativas y proyectos en materia de sostenibilidad, innovación y respeto por el medio ambiente.

Dentro de los trabajos que el Principado lleva a cabo con ese objetivo se encuentra su candidatura a obtener el reconocimiento de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como el primer país considerado íntegramente como Reserva de la Biósfera.

En materia legislativa, Andorra aprobó una Ley de Transición Energética, así como un fondo verde y una tasa de hidrocarburos para impulsar iniciativas de mitigación y adaptación al cambio climático. Mediante su estrategia nacional se ha comprometido a reducir su emisión de gases de efecto invernadero en un mínimo de 37% para el año 2030.

De la mano con lo anterior, los proyectos de transformación digital y estrategias de innovación que Andorra está llevando a cabo para atraer a nuevos profesionales y nómadas digitales, junto con las oportunidades de negocio que ofrece y la alta calidad de vida.

Dentro de su plan de recuperación post pandemia, Andorra trabaja en el proyecto Horizon 23, una hoja de ruta integral respaldada por 80 millones de euros de fondos públicos, cuyo fin de acelerar la diversificación económica en campos como la tecnología financiera, tecnología deportiva, biotecnología, y deportes electrónicos.

Andorra es un principado independiente cuya población ronda los 78,000 habitantes, y abarca un área de 181 millas cuadradas en medio de la frontera entre España y Francia. Una de sus principales actividades económicas es el turismo, ya que antes de la pandemia recibía más de ocho millones de visitantes al año.

El gran momento por el cual atraviesa en términos de sostenibilidad, innovación y transformación económica, así como su calidad de vida y alto nivel de estilo, han posicionado a Andorra como un referente que marca el camino a seguir, y le ha valido ser invitado a participar en eventos internacionales como el Design Week Marbella.