Datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), indican que en los últimos 22 años, el número de sequías a nivel global han incrementado 29%. Asimismo, el organismo ha especificado que estos fenómenos representan el 15% de las catástrofes naturales que se registran en el mundo y han cobrado la vida de alrededor de 650 mil personas en los últimos 49 años.
Los datos y consecuencias podrían agravarse en los próximos cinco años, dado el aceleramiento en el cambio climático, por lo que da énfasis a la relevancia que cobra la sustentabilidad hídrica a nivel global.
Sequías más frecuentes y severas es una de las consecuencias que ya experimentamos por el cambio climático. Deben buscarse nuevas y mejores alternativas para combatir las sequías que se registran en todo el mundo, como resultado de la alteración climática.
La medición del impacto que tienen las sequías, no debe limitarse a un escenario inmediato. Debemos pensar en mecanismos de acción que nos permitan a mediano y largo plazo mitigar los efectos de las sequías.
En ese sentido, destaco que no debe perderse de vista que este fenómeno impactará negativamente en la producción de alimentos al desafiar a la agricultura, así como daños en la economía y la sociedad.
En diversos foros internacionales se ha adelantado que de no poner atención inmediata, para el año 2030 alrededor de 700 millones de personas estarían en riesgo de desplazamiento por causas relacionadas con la sequías. Asimismo, la ONU prevé que en el año 2050 tres cuartas partes de la población enfrenten dificultades para vivir por esta causa.