Modelos agroalimentarios disminuirían gases de efecto invernadero

Modelos agroalimentarios disminuirían gases de efecto invernadero

En medio de crecientes preocupaciones sobre el impacto ambiental de la ganadería en el cambio climático, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advierte que la producción y consumo de carne representan el 12% de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por actividades humanas.

 

Según el informe de la FAO, las emisiones directamente vinculadas con la actividad ganadera, que incluyen tanto los eructos de los animales como la fermentación del estiércol, representan el 60% del total de emisiones registradas. El ganado bovino encabeza las emisiones con un 62%, seguido por el porcino (14%), los pollos (9%), los búfalos (8%), y las ovejas y cabras (7%). En términos de productos, la carne es responsable del 67% de las emisiones, superando a la leche (30%) y los huevos (3%).

 

La importancia de reconsiderar los sistemas de producción y consumo en el sector para abordar esta amenaza medioambiental. Entre las alternativas propuestas se encuentran los Modelos Alimentarios de Biocapacidad Orgánica (MABO) y las Medidas Ambientales para la Zona Orgánica (MAZO).

 

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Los MABO y MAZO son modelos diseñados con el propósito de promover prácticas agrícolas sostenibles y reducir el impacto ambiental. Y su adopción podría constituir una valiosa contribución a diversas iniciativas a nivel mundial, fortaleciendo así los esfuerzos dirigidos a alcanzar la seguridad alimentaria global.

 

Ambos modelos, han sido diseñados para fomentar prácticas agrícolas sostenibles y han demostrado ser fundamentales en la reducción del impacto ambiental de la actividad ganadera. Respaldamos activamente estos modelos como soluciones prácticas y efectivas para avanzar hacia sistemas agroalimentarios más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente

 

Asimismo, las medidas propuestas por la FAO para potenciar la productividad en la cadena de suministro, enfocándose especialmente en técnicas destinadas a aumentar la producción de leche y en la reducción de la edad de los animales al momento del sacrificio.  Además, la importancia de la modificación de la alimentación de los animales, la mejora de su salud y la reducción del desperdicio alimentario, subrayando así la integridad de las recomendaciones ofrecidas por la organización.

 

Este enfoque multidimensional, demuestra una comprensión profunda de los desafíos presentes en la cadena de suministro agroalimentaria y la necesidad de estrategias holísticas para abordar eficazmente la sostenibilidad y la eficiencia en la producción ganadera.

 

La sugerencia de la FAO por sustituir la carne por productos cultivados en invernaderos o frutas transportadas en avión fuera de temporada, debido a que plantea importantes consideraciones ambientales, nutricionales y económicas

 

Desde el punto de vista ambiental, el experto en agricultura sostenible aseguró que la producción en invernaderos puede ofrecer un control más eficiente del cultivo, pero su uso extensivo puede tener implicaciones energéticas significativas. Sin embargo, ve una desventaja en el transporte aéreo de frutas fuera de temporada ya que resulta se generarían emisiones de carbono considerables, contrarrestando los beneficios de consumir productos locales y estacionales.

 

Desde una perspectiva nutricional y de salud, la variabilidad en los nutrientes esenciales, como proteínas y hierro, podría verse afectada dependiendo de las elecciones específicas de alimentos. Además, señaló que la sostenibilidad nutricional a largo plazo podría estar en riesgo si las fuentes alternativas no proporcionan de manera equitativa los nutrientes necesarios para una dieta equilibrada.

 

En términos de seguridad alimentaria, el experto en sostenibilidad declaró que la dependencia excesiva de productos transportados podría aumentar la vulnerabilidad de las comunidades a perturbaciones en las cadenas de suministro globales, como crisis climáticas, conflictos o pandemias.

 

Si bien la intensificación agrícola puede ser beneficiosa, es crucial inspirarse en sistemas con una intensidad de emisión relativamente más baja. En este sentido, la atención debe enfocarse en mejorar la eficiencia en África, América Latina y Asia, donde existe un margen significativo para reducir las emisiones sin comprometer la seguridad alimentaria.

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