En los últimos años, la micromovilidad se ha convertido en una tendencia que ha ido en franco ascenso en las grandes ciudades del mundo. Con la irrupción de la pandemia de COVID-19 esta tendencia se ha reforzado aún más, especialmente entre las nuevas generaciones.
Siete de cada diez personas se muestran dispuestas a adoptar vehículos de micromovilidad, como bicicletas, scooters o motos eléctricas, para sus traslados diarios. Esto lo confirma un estudio del Grupo McKinsey & Company, el cual también menciona que son cada vez más las personas que hacen la transición a medios de transporte más pequeños y amigables con el medio ambiente.
La micromovilidad es clave para la reducción de emisiones, y si se trata de avanzar hacia este objetivo, dicho tipo de vehículos juegan un rol fundamental.
Cada vez son más las empresas como Bird, Lime o Tier que desarrollan dispositivos unipersonales, como los scooters eléctricos, que han ido evolucionando con el objetivo de reducir emisiones contaminantes y, al mismo tiempo, brindar soluciones de movilidad.
En lo que toca a México, el concepto de micromovilidad es uno con el cual las personas deberán familiarizarse, con este término se hará referencia a la manera en que se desplazarán las personas en el futuro cercano, que son más amigables con el medio ambiente y permiten controlar mejor la velocidad.
Por lo general, los vehículos de micromovilidad operan a velocidades por debajo de los 25 kilómetros por hora, y son ideales para recorridos de hasta 10 kilómetros. La micromovilidad se trata de que más personas tengan un mayor acceso a la ciudad y a su transporte público, y dejar de lado a los automóviles cuando se trate de viajes cortos.
Sin embargo, para que la micromovilidad pueda salir triunfante, aún se tiene que librar una larga batalla por delante por la conquista del espacio público, ya que hay una sobresaturación del parque vehicular, tanto público como privado, lo cual resulta demasiado para el espacio que pueden ofrecer las ciudades.
La micromovilidad puede ser eléctrica o de propulsión humana, y particular o compartida. Por esta razón, estos vehículos han emergido como una alternativa necesaria que es demandada por la actualidad de muchas metrópolis a lo largo y ancho del orbe, donde los embotellamientos y la mala calidad del aire son una constante. Esto refleja lo fundamental que es su papel para tener un futuro más sustentable.