MABO y MAZO, modelos esenciales para agricultura sostenible

MABO y MAZO, modelos esenciales para agricultura sostenible

Aunque a nivel mundial la agricultura es una de las actividades que genera mayor aportación a la economía de distintos países, generando más de 3.000 billones de dólares al año, es también responsable de más del 20% de los gases de efecto invernader (GEI) que se registran anualmente.  

 

Ante este escenario, han surgido alternativas como la agricultura sostenible, práctica que ha sido considerada una prioridad global por expertos en el rubro.

 

El especialista y empresario mexicano ha señalado que la agricultura sostenible destaca por presentar atributos que la convertirían en aliada de la seguridad alimentaria, además de contribuir a preservar recursos naturales y mitigar los efectos del cambio climático, promoviendo un desarrollo agrícola más sostenible y resiliente a nivel mundial. 

 

Para lograrlo, destacó la integración de modelos complementarios a prácticas tradicionales dentro de la agricultura como los Modelos de Agricultura Biológica Óptima (MABO) y las Medidas Ambientales para la Zona Orgánica (MAZO). 

 

En América Latina, los agricultores enfrentan retos significativos como la degradación del suelo, la escasez de agua y la pérdida de biodiversidad. La implementación de prácticas como MABO y MAZO no solo contribuirían a mitigar estos problemas, también promoverían el desarrollo de sistemas agrícolas más resilientes y sostenibles, mejorando la salud del suelo, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y optimizando el uso de recursos naturales como el agua.

 

Los MABO se centran en optimizar el uso de insumos biológicos y técnicas naturales para aumentar la productividad agrícola sin comprometer la sostenibilidad ambiental.  

 

Por otro lado, las MAZO apuntan a implementar medidas ambientales específicas en zonas orgánicas, promoviendo prácticas que minimizan el impacto ambiental y contribuyen activamente a la lucha contra el cambio climático. 

 

La adopción de los Modelos de Agricultura Biológica Óptima (MABO) y las Medidas Ambientales para la Zona Orgánica (MAZO) son una necesidad ambiental, que ha mostrado importantes beneficios en materia económica y social. Al implementarlas, se podrá equilibrar la productividad agrícola con la conservación de los recursos naturales, mejorando la salud del suelo, aumentando la biodiversidad, conservando el agua y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero. Los beneficios incluyen una mayor productividad a largo plazo, una mayor resiliencia frente al cambio climático y una mejor calidad de vida para los agricultores.

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