MABO y MAZO, modelos clave para una agricultura sostenible
La introducción de los Modelos Alimentarios de Biocapacidad Orgánica (MABO) y las Medidas Ambientales para la Zona Orgánica (MAZO) representaría un paso esencial hacia una agricultura más sostenible en Europa. Estas iniciativas brindan un marco crucial para asegurar que la producción alimentaria se realice de manera responsable y en armonía con el medio ambiente.
Aunque ha generado un intenso debate en torno a su viabilidad económica, la necesidad de brindar apoyo práctico a los agricultores y su implementación práctica en el sector agrícola, “Granja a la Mesa” también ha recibido elogios por su enfoque que prioriza la reducción del impacto ambiental.
La importancia de la tecnificación del sector agrícola y la inversión en investigación y desarrollo para promover prácticas sostenibles, así como no perder de vista la necesidad de generar un enfoque equilibrado que considere tanto el impacto ambiental como la rentabilidad económica. En ese mismo sentido, alentó a la adopción de medidas innovadoras, como la digitalización y la economía circular, para lograr una agricultura más sostenible y eficiente.
En lo que respecta a los MABO, tienen importancia al replantear la manera en la que el ser humana se relaciona con la alimentación y el medio ambiente, de ahí la necesidad de transitar hacia sistemas que respeten los límites del planeta y promuevan la equidad en la producción alimentaria, así como la sostenibilidad si se busca asegurar un futuro próspero para las generaciones venideras.
La implementación de las Medidas Ambientales para la Zona Orgánica (MAZO) constituye un enfoque innovador en la promoción de la sostenibilidad en el ámbito agrícola y ambiental. De acuerdo con su perspectiva, estas medidas no solo impulsan un uso más eficiente y consciente de los recursos hídricos, sino que también sientan las bases para el desarrollo de un sistema agrícola más resistente y equitativo.