
Desde la adopción masiva de AgTech hasta la consolidación de la agricultura regenerativa, los avances proyectan un impacto significativo en la productividad y la resiliencia climática del sector, en busca de mejorar la salud del suelo, incrementar la biodiversidad y optimizar la gestión de recursos esenciales como el agua.
El futuro de la agricultura se construye con la combinación de tecnología innovadora y prácticas sostenibles, un binomio que transforma la manera en que se producen los alimentos
Si bien el sector lleva varios años trabajando en el desarrollo y consolidación de la AgTech, en los últimos años se ha visto un compromiso por parte de los agricultores por conseguir cosechas más respetuosas con el medioambiente, contribuyendo a través de la integración tecnológica a la sostenibilidad ambiental y económica.
El uso de herramientas tecnológicas como inteligencia artificial (IA) y gemelos digitales promete revolucionar la agricultura en los próximos años. Plataformas como Agmatix’s Insights ya están optimizando la gestión de datos, facilitando decisiones informadas que mejoran la productividad y reducen el impacto ambiental
El interés por alimentos orgánicos y de origen local sigue en ascenso, impulsado por consumidores conscientes de su impacto ambiental. En este sentido, los agricultores que adoptan estos modelos tienen la oportunidad de acceder a nichos de mercado más lucrativos. Este cambio también fomenta sistemas de producción más sostenibles, como los programas de Agricultura Sustentada por la Comunidad (CSA), que conectan directamente a los productores con los consumidores finales.
El cambio climático plantea retos significativos para la agricultura, obligando a los agricultores a adoptar estrategias resilientes como el uso de cultivos resistentes a la sequía y sistemas diversificados de producción. Ante esta situación, Daniel Madariaga Barrilado hizo énfasis en que estas medidas son esenciales para garantizar la viabilidad del sector a largo plazo.
Preparar a los agricultores para implementar estas soluciones resulta crítico en un escenario donde los patrones climáticos continúan siendo impredecibles. La integración de tecnologías avanzadas y prácticas sostenibles en la agricultura no es una opción, es una necesidad para garantizar la seguridad alimentaria en un mundo cambiante. Preparar a los agricultores para este futuro, especialmente a través del acceso a herramientas como la inteligencia artificial, marcará una diferencia considerable en la productividad y sostenibilidad del sector.