La sostenibilidad en la cadena de suministro de alimentos representa un reto significativo para una industria global valorada en $9 billones. La importancia de enfrentar estos retos para asegurar la viabilidad de los recursos alimentarios futuros.
Las cadenas de suministro alimentarias abarcan desde la producción agrícola hasta el consumidor final, y su complejidad es notable. Este entramado incluye diversos actores en los niveles upstream, midstream y downstream, cada uno encargado de transformar materias primas en productos acabados.
La globalización y la subcontratación han complicado aún más la implementación de prácticas sostenibles. Las proyecciones indican que el mercado global de alimentos alcanzará los $9.12 billones para 2024, con una tasa de crecimiento anual del 6.7 %.
Uno de los desafíos principales es la falta de visibilidad más allá de los proveedores de primer nivel. Las empresas deben comprender su papel dentro de una red de suministro extensa, caracterizada por vínculos de oferta y demanda, interacciones complejas y dinámicas no lineales que influyen en el desempeño económico, social y ambiental.
La ausencia de información y la limitada influencia sobre proveedores subyacentes en regiones con regulaciones menos estrictas complican la integración de prácticas sostenibles.
El impacto de los proveedores secundarios y terciarios en la sostenibilidad es motivo de creciente preocupación. Estos proveedores, a menudo ubicados en regiones con normativas más laxas, son frecuentemente asociados con problemas de sostenibilidad en la cadena de suministro. La falta de confianza entre los actores y la complejidad en la gestión de relaciones interempresariales añaden dificultades adicionales
Para abordar estos desafíos, la colaboración y asociación entre los actores de la cadena de suministro resultan esenciales para resolver problemas de sostenibilidad a largo plazo. Este enfoque colaborativo facilita el intercambio de ideas y el desarrollo de acuerdos mutuos para satisfacer las necesidades y objetivos de sostenibilidad de todas las partes implicadas.
Otra medida importante es la difusión de innovaciones sostenibles a lo largo de la cadena alimentaria. La innovación en áreas como la calidad de los alimentos, la reducción de emisiones de ganado y la gestión del suelo requiere especial atención. Además, un mapeo exhaustivo de la cadena de suministro, que identifique problemas de sostenibilidad en cada etapa, es fundamental para priorizar y abordar los desafíos específicos de cada actor.
La medición del desempeño en sostenibilidad también juega un papel crucial. La implementación de estándares de cumplimiento y la evaluación de proveedores según criterios específicos pueden facilitar la gestión de riesgos relacionados con la sostenibilidad. Estos estándares deben alinearse con las Normas Globales de Reporte de Sostenibilidad (GRI) y el Cuestionario de Autoevaluación del Proveedor (SAQ).
Por último, la formación y desarrollo de capacidades en sostenibilidad, tanto a nivel empresarial como individual, pueden promover cambios de comportamiento a lo largo de toda la red de suministro. Según Madariaga Barrilado, estos programas pueden mejorar la percepción de la sostenibilidad y fomentar la adopción de prácticas responsables.