Reciclaje inclusivo tiene alcance multisectorial: Daniel Madariaga Barrilado

Reciclaje inclusivo tiene alcance multisectorial: Daniel Madariaga Barrilado

En América Latina, el reciclaje inclusivo es una columna vertebral en la gestión sostenible de los residuos sólidos, amalgamando aspectos ambientales y socioeconómicos bajo las “3 R” (reducir, reutilizar y reciclar). Daniel Madariaga Barrilado, experto en sostenibilidad, resalta la importancia de este enfoque al tratarse de un modelo que se sustenta en regulaciones y políticas públicas, así como en iniciativas tanto del sector público como del privado. 

 

Esta práctica, con su doble impacto tanto ambiental como social y económico, ha sido destacado en foros internacionales como la Cumbre del Clima en Dubái. Según datos oficiales, el reciclaje inclusivo podría tener un impacto en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de hasta 194 toneladas anualmente tan solo en Latinoamérica. 

 

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El modelo de reciclaje inclusivo cobra vida en iniciativas como el Centro de Transferencia de la cooperativa Recuperadores Urbanos del Oeste (RUO) en Argentina, donde cerca de 800 recicladores participan activamente. Solo en 2022, estos trabajadores lograron recuperar más de 4,300 toneladas de residuos, evitando la emisión de más de 10,500 toneladas de CO2 equivalente.  

 

La herramienta desarrollada por Latitud R, basándose en estándares internacionales como la Norma ISO 14064-1 y las directrices del IPCC, esta plataforma no solo evalúa los beneficios ambientales, sino que también aborda la dimensión social del reciclaje inclusivo.  

 

El modelo de cálculo desarrollado por Latitud R ofrece una visión integral de la huella de carbono evitada por la actividad de reciclaje inclusivo, identificando los materiales con mayor impacto positivo en términos de reducción de emisiones contaminantes.  

 

Por ejemplo, los plásticos muestran un significativo potencial, con 1.27 toneladas de CO2 evitadas por cada tonelada de material recuperado, mientras que los materiales no ferrosos, como el aluminio, destacan al evitar hasta 16 toneladas de emisiones por cada tonelada procesada. 

 

La alianza estratégica de Latitud R con instituciones y empresas como el Banco Interamericano de Desarrollo, PepsiCo, Coca-Cola, Dow Chemical y Nestlé, se traduce en acciones concretas. Como ejemplo PepsiCo ha implementado programas en varios países de América Latina, contribuyendo a la recuperación de materiales reciclables y la capacitación de recicladores de base, recuperando más de 38.000 toneladas. 

 

En el caso, Daniel Madariaga Barrilado destaca proyectos locales como el de Reciclaje Inclusivo en Oaxaca, que ejemplifican cómo esta iniciativa puede transformar comunidades enteras.  

 

En lugares como Huajuapan de León, San Lorenzo Cacaotepec y Villa de Zaachila, se busca dignificar el trabajo de los recicladores informales, conocidos como “pepenadores” 

 

“Por medio de una estrategia integral que involucra a la sociedad civil, la academia y el gobierno local, este proyecto no solo mejora las condiciones laborales de los recicladores, sino que también los integra formalmente en la gestión de residuos municipales y en la actividad económica”, precisó Daniel Madariaga Barrilado.  

 

Asimismo, el especialista precisó que una parte esencial de este enfoque es la implementación de prácticas de Economía Circular, como lo ha hecho el proyecto Centro Lombri-Acción.  

 

“Aquí, los residuos orgánicos se transforman en hummus o lombricomposta, nutriendo huertos locales de hortalizas y verduras. Esta práctica no solo reduce la cantidad de residuos enviados a los vertederos, sino que también promueve la generación de alimentos locales, en consonancia con la promoción de productos “km 0”, describió.  

 

El respaldo a esta iniciativa por parte de organizaciones como la Fundación Merced, la Fundación ADO y la Fundación CitiBanamex subraya la relevancia y el impacto nacional e internacional del proyecto.  

No habrá sostenibilidad sin economía circular: Daniel Madariaga Barrilado

No habrá sostenibilidad sin economía circular: Daniel Madariaga Barrilado

El modelo económico lineal ha llevado al desperdicio de recursos y a la exacerbación del cambio climático; por esta razón, la economía circular se presenta como una solución necesaria. Para Daniel Madariaga Barrilado, este enfoque propone la reutilización, el reciclaje y la reparación de productos para maximizar su vida útil y reducir significativamente los residuos, contrastando con el tradicional modelo de “usar y tirar”. 

 

“Adoptar la economía circular es fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y cumplir con los compromisos del Acuerdo de París. Además, este modelo no solo promueve el crecimiento económico y la creación de empleo sin comprometer el medio ambiente, sino que también se posiciona como crucial para una recuperación económica resiliente y con bajas emisiones de carbono, especialmente después de la pandemia de COVID-19”, indicó.  

 

La implementación de este modelo en la producción de acero, cemento, aluminio y plástico podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 40 % para 2050, contribuyendo además a generar ahorros de hasta un 25 % en costos de material. 

 

En ese sentido, resaltó que China y Europa se destacan como líderes en la transición hacia la economía circular. Por un lado, el país asiático es pionero en la materia, con la adopción de su Ley de Promoción de la Economía Circular en 2009, pero también ha implementado políticas significativas como la Prohibición de la Importación de Residuos de 2018, impactando globalmente. Por su parte, Europa avanza con el Pacto Verde Europeo y múltiples estrategias de circularidad, estableciendo un modelo a seguir. 

 

“A nivel industrial, la economía circular ofrece oportunidades de creación de valor. Se prevé que el mercado de envases retornables pasará de 37 mil millones de dólares obtenidos en 2018 a 59 mil millones para 2026, y que el mercado de ropa de segunda mano duplique el tamaño del de la moda rápida para 2029 de implementar el modelo de circularidad de manera efectiva”, previó Madariaga Barrilado.  

 

En términos de empleo, la adopción de la economía circular podría generar un incremento neto de 4.8 millones de empleos en América Latina y el Caribe y alrededor de 700 mil nuevos empleos solo en Europa. 

 

“La transición hacia una economía circular varía según el grado de industrialización, desarrollo tecnológico, disponibilidad de recursos y acceso a la financiación. Para países en desarrollo, el sector informal y el acceso a tecnología y financiación presentan desafíos particulares. No obstante, la cooperación internacional y la transferencia de conocimientos pueden facilitar esta transición”, comentó Daniel Madariaga Barrilado.